MAMAPACHA
Contaban los abuelos que en la cúspide
del cerro habitaba una familia de mohanes que era gobernada por una matrona
llamada Doña Francisca a quien familiarmente le decía Mamapacha. Ella tenía sus
dominios en toda la serranía, en tiempo de sequía ordenaba a los Mohanes bajar
al pueblo para que raptaran las más
hermosas doncellas. Cumplida la orden la llevaban al cerro
y en medio de ceremonia la sacrificaban y donde caía la sangre brotaba un
manantial de agua pura e inagotable; así nacieron la laguna de mundo nuevo las
quebradas la Colorada y Quigua de las cuales se surte el acueducto de Garagoa.
La última vez que se tuvo noticias de
Mamapacha fue cuando bajó un encanto por la quebrada de Quigua en el año de
1957 y cuentan los ribereños que la quebrada en pleno verano se desbordó
llevando a su paso puentes, ganado, aves, sementeras, y se veía en el centro de
la crecida una pareja de bueyes, cerdos y gallinas en oro y un grupo de mohanes
tocando una música extraña llevando en hombros una mujer bella y fuerte.
Así
nació el CERRO DE MAMAPACHA.
LAS VIGAS DE ORO

LA CAMPANA DEL DIABLO

La campana tenía una altura de 2m y
diámetro de boca de 1.50m, en aleación n bronce, estaño, plata, cobre, zinc,
hierro y otros metales que eran el gran secreto de este artesano, su
construcción tardó cerca de seis meses. En vísperas de una Semana Santa fue
traída la campana y colgada en la Torre de la vieja iglesia para ser bendecida
el domingo de pascua. El diablo aprovechó que la campana no estaba bendita y se
la robó dando un gran salto desde el campanario al atrio dejando tallada en una
piedra la enorme huella de un pie descalzo que media más de un pie de largo y en otra
piedra quedó marcado el orillo de la campana. Se dice que aún se oye el tañido de la
campana los viernes Santos en un lejano Cerro llamado el Jucual en vecindario
de Chinavita.
LA CEIBA DE LOS DESEOS

EL CUCACUY
EL CUCACUY, se presenta como un hombre fabuloso que
sale desnudo por las noches a calentarse en las parrillas especialmente en los
trapiches cuando hay molienda.
Lleva siempre en las manos un largo
bordón en cuya extremidad pende un calabazo que encierra varios demonios. Silva
de un modo especial con la uña del pulgar, para tal efecto se la deja crecer;
las gentes creen que se trata de un varón no bautizado que tiene pacto con el
diablo.
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